Alegretti: "Para hacer verdaderamente música, tenés que amarla sino... no camina"
- Sofía Antón
- 7 oct 2015
- 4 Min. de lectura

Ariel Alegretti es músico hace más de 30 años. Hoy nos cuenta sobre su trayectoria y el significado que conlleva continuar en este rubro.
[endif]--Entre café y música suave, con luz de las 5 de la tarde de un viernes cálido, Ariel Alegretti nos recibió en su casa, donde vive con su esposa y sus cuatro hijos. Tranquilo, sin mayores preocupaciones y dispuesto a contar sobre su vida, nos invitó a ocupar un lugar en el sillón y comenzó nuestra charla. Estudió en el Conservatorio Alberto Williams de Buenos Aires con sede en Mendoza, desde los 8 años, obteniendo su título a los 16 años. Comenzó a dar clases a esa edad y continuó formándose en diversos seminarios. Principalmente se especializó en solfeo, que es el estudio del piano, pasando también por diversos instrumentos como la guitarra, la flauta y el clarinete. Pero, con la sanción de la Ley Federal de Educación en 1993, únicamente quedaron validados los títulos universitarios, por lo que sus estudios perdieron vigencia. Desde ese momento se dedicó a la docencia y a acompañar a diversos músicos reconocidos, como Raúl Layana.
Compartiendo algunas anécdotas con él, contó que antes de entrar al conservatorio, se introdujo en el mundo de la música a los 5 años. “Me acuerdo que empecé a sentir por la música una admiración, veía un instrumento y me desesperaba por tocarlo”, fueron sus palabras al recordar su niñez. “Empecé a estudiar junto con mis amigos con una maestra de escuela que nos enseñaba flauta dulce” agregó, recalcando que fue su abuela quien le regaló su primer instrumento. Lo interesante de su historia es que en su familia no había ningún músico, su vocación nació “como quien no quiere la cosa”, según nos relataba.
Al momento de hablar del piano, en la voz del músico se distinguía emoción, claro ejemplo de que el instrumento es y siempre ha sido parte de su vida. “Lo que me acuerdo es que a la edad de 8 años me paré frente a mis padres y me miraron como diciendo ‘Pero si ya sabés tocar un poquito de cada instrumento’ y yo les respondí ‘Necesito estudiar piano, quiero que me busquen un profesor de piano’” Así comenzaba la larga trayectoria de nuestro entrevistado, logrando concretar un año de estudio en tres meses. “Con toda humildad lo digo, yo me asombraba de haber rendido mi primer año con 10 y mención especial. Entonces agarré y dije ¡Ah! Es el piano”.
Dentro de la música, ¿cuál ha sido la experiencia que más te ha marcado?
- Dentro de la música… y la verdad que he tocado en varios lugares, y no solamente acá sino también en algunas provincias de la Argentina… Pero creo que lo que más me ha marcado es tocar con los músicos de la Orquesta Sinfónica, poder hacer algunos arreglos en los conciertos con ellos y el haber podido dirigir durante 7 años toda una banda en un instituto terciario. También algunas presentaciones en el Teatro Independencia, en el cine Plaza, en el Bustelo algunas veces. Eso realmente me alegra mucho porque te da experiencia y te llena de alegría el compartir con tanta gente que comparte una misma pasión por la música.
¿Qué importancia tiene la música para vos hoy en día?
- Creo que la satisfacción más grande que me ha dado la música es la de poder ayudar a otros. A ver nunca vi el tema de la música por el dinero, si venía un concierto grande y era bien pago, buenísimo, pero en realidad siempre lo que me impactó de la música es que es una herramienta. Si la sabés utilizar bien, y la aplicás bien, te puede ayudar a llegar a muchos lugares y a afectar a muchas personas de manera muy positiva. Me ha pasado en casos en dónde he terminado de tocar y han venido a hablarme personas que estaban pasando por una situación muy difícil, me dijeron que lo que había hecho esa noche les había impactado, los había deleitado porque venían muy mal. Esas son las cosas que a uno lo llenan de satisfacción: el poder hacer música no por negocio, sino por amor porque en realidad para hacer verdaderamente música, tenés que amarla, sino… no camina.
¿Qué aconsejas a aquellos que quieren comenzar a estudiar música? ¿Es algo definitorio la edad?
- No, la edad no es algo definitorio. Lo aconsejable es que siempre que un niño va a empezar a estudiar música, tenga la suficiente madurez como para empezar a ubicar sus manitos en los instrumentos. Por supuesto, para un niño de dos o tres años, se recomienda que, en el caso del piano por ejemplo, lo dejen jugar sobre algún tecladito, que suene, que escuche los sonidos. En el caso de la gente muy grande, digo lo mismo, tengo alumnos de casi 60 años, así que no, la edad no tiene por qué ser ningún tabú. Al contrario lo que yo veo cuando una persona es muy grande y estudia música, es que le ayuda inclusive a mirar la vida de otra forma. Yo creo que no hay edad para estudiarla. Muchos hemos y han empezado con la música como un simple estudio y resulta que han terminado siendo grandes músicos, con una vocación impresionante. Muchos arrancan con la música siempre por el tema de que “Me recomendaron que estudiara” o “Es bueno porque si estudias música te va a ayudar mucho en las matemáticas”. Da resultado ¿no?, pero yo creo que a la larga si lo hacés de corazón, si lo hacés de vocación, te terminás enamorando de la música, es así.
¿Qué viene? El sábado 17 de octubre, Ariel Alegretti estará dirigiendo musicalmente el concierto “Canta América”, título del último disco de Raúl Layana, músico chileno quien vive hace más de 20 años en Mendoza. El disco ya había sido presentado anteriormente, pero “ahora se da la oportunidad de volver a presentar el disco con más cantidad de público, y estoy ya sí como director musical de todo el concierto, digamos incluido el sonido, etapas de pre producción, producción, pos producción, todo pasa por mis manos” contó nuestro entrevistado, asegurando que nunca se había enfrentado a un desafío tan grande. Antes del gran concierto, el grupo entero se estará presentando el viernes 18 en la plaza Chile, por las festividades chilenas, y el 12 de octubre por el Día de la Diversidad.
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